Aquí empezó todo, desde la semilla, aprendiendo en cada paso.
EL CAFÉ


Dejándonos sorprender de la naturaleza; absorbiendo el conocimiento de nuestros vecinos.

Desarrollando paciencia y admiración en este proceso que nos llena de satisfacción.

Probando métodos de fermentación y secado que nos lleven a tener un sabor único.

Encontrando alianzas para lograr una excelente tostión y un perfil de taza muy especial.
Estar en Colombia, en la montaña, a una altura ideal y bajo condiciones de pluviosidad (lluvias) idóneas, además de la experiencia de los locales en el manejo del café, no son las únicas variables que determinaron nuestra decisión de sembrarlo, y es claro que además del romanticismo que envuelve el café en nuestra historia como país, y la herencia que tenemos sembrando y cosechándolo; nos movió la idea de tener un cultivo que tuviera rentabilidad, por lo mismo decidimos que el respaldo de la Federación Nacional de Cafeteros y su programa de garantía de compra eran la mejor opción.
Esta decisión ha sido crucial para lograr el objetivo de crear un café que fuera una real muestra de nuestro ALEPH, por lo mismo, bajo la asesoría constante de la FNC y con la determinación de lograr un Café certificado, iniciamos nuestro proceso teniendo cuidado del producto que íbamos a sembrar desde la semilla, iniciamos con semillas certificadas de la variedad CENICAFÉ 1, y realizamos todo el proceso, desde el semillero en arena, el seguimiento a la germinación (fosforitos) el crecimiento del almácigo (chapola), su fortalecimiento para trasladarlo a bolsas individuales y esperar a que tenga el tamaño y fuerza suficiente para ir a sus lugares de siembra final determinados por la elevación del terreno, el diseño de los carriles y la forma ideal para desagües.
Una vez se cumplieron los primeros 36 meses y tuvimos en nuestras manos el fruto, todo fue alegría y emoción desbordada, llevamos un cuidadoso seguimiento de nuestros primeros granos para empezar a probar diferentes técnicas de secado que nos permitieran alcanzar el mejor sabor y la calidad que esperamos transmitir.
Por ello decidimos implementar el proceso HONEY, donde fermentamos la cereza de 48 a 60 horas para luego ser despulpada, dejando los granos impregnados con el mucilago (la fructosa de la cereza) para secarlos de 12-15 días, tiempo en el cual el grano acentúa sus notas frutales y especiadas, logrando un sabor suave y aromático.
A la par contamos con el método de secado tradicional, el famoso LAVADO. Después de despulpar la cereza, se lava y se deja fermentar en agua entre 18 y 24 horas. Así se logra resaltar el sabor puro de nuestro café, con notas acarameladas y achocolatadas. Cuerpo y sabor más intenso.
Hoy que tenemos dos tipos de Café con los que nos sentimos orgullosos, tenemos la seguridad que ustedes disfrutarán un verdadero café de especialidad, cultivado con todo el amor y procesado con total compromiso de ofrecer la mejor calidad, garantizando el mínimo impacto a nuestro entorno eco-amigable.